Lola Valverde Martínez
Orientadora IES Enrique Nieto
MOTIVACIÓN Y FRUSTRACIÓN
La motivación es un constructo psicológico que no podemos observar, pero lo podemos reconocer a través de sus manifestaciones externas. Las emociones son estados afectivos que se caracterizan por la activación, cambios en la expresión facial, los gestos, la postura y por sentimientos subjetivos.
1. Naturaleza y características de la motivación
La motivación
es el móvil que incita, mantiene y
dirige la acción de un sujeto para lograr determinados objetivos.
Características
de la conducta motivada:
· Tiene
un propósito (dirigida a una meta que el individuo quiere alcanzar).
· Es
fuerte y persistente.
· Los
motivos están organizados jerárquicamente.
· Los
motivos pueden ser comprensibles o inexplicables, conscientes o inconscientes.
· Los
motivos pueden ser intrínsecos o extrínsecos. La motivación intrínseca implica
que la conducta se lleva a cabo por el interés y placer de realizarla.
· El
ser humano nunca está satisfecho, siempre está deseando cosas nuevas.
Los motivos
podemos agruparlos en dos categorías: motivos biológicos (innatos) y motivos
sociales (aprendidos). Los motivos biológicos, de base orgánica, son carencias
del organismo, producto de ciertos estados de privación y tienen a satisfacer
necesidades fisiológicas. Los más importantes son el hambre, la sed, el impulso
sexual, el impulso maternal, evitar el dolor, la necesidad de descanso, dormir
y soñar, etc.
Los motivos
sociales son necesidades aprendidas, que se desarrollan en el contacto con
otras personas, y están determinados por la sociedad y la cultura. Los motivos
sociales fundamentales son:
·
Motivación
de logro: es el impulso de superación en relación a un
criterio de excelencia establecido.
· Motivación
de afiliación: orienta al individuo a establecer relaciones
interpersonales agradables, a dar y
recibir afecto.
·
Motivación
de poder: es la necesidad de controlar el comportamiento de
los demás, desear que el mundo material o social se ajuste a nuestro plan
personal.
La frustración es una experiencia emocional desagradable,
inducida por la retirada de recompensas, y produce desmotivación, decepción y
rabia
La aparición de la frustración puede deberse a varios factores,
como la personalidad del individuo, su historia de aprendizaje o el grado de
realismo en las metas que se proponga. También influyen las opiniones de otras
personas o los estándares culturales o sociales sobre las ideas de éxito y
fracaso.
La tolerancia a la frustración es la capacidad de las personas para
gestionar la molestia, demora o fracaso en la satisfacción de sus necesidades,
deseos o planes.
La tolerancia a la frustración se enseña y se
entrena.
Una personalidad
excesivamente autocrítica, exigente o perfeccionista puede verse frustrada
continuamente, ya que, aunque alcance una meta, siempre estará insatisfecha con
el resultado.
Las metas poco realistas (inalcanzables) también son fuente de
constante frustración.
Y la frustración genera agresividad, que
puede estar dirigida contra:
- el objeto mismo que me frustra (si
el teléfono público no funciona puedo liarme a golpes con él).
- o bien puede
desviarse hacia un objeto substitutorio (llego frustrado del
trabajo y lo paga mi familia).
- o incluso contra
mí mismo (me tiro de los pelos y me insulto).
El qué hacer con tu vida es algo que cada vez más nos preocupa a todos. Antiguamente no se tenía opción. En la mayoría de casos sólo había un camino así que tampoco debías romperte mucho la cabeza decidiendo qué era lo que realmente querías hacer.
Esto ha cambiado. Hoy en día, podemos decidir nuestro futuro y lo más importante, tenemos libertad para dar rienda suelta a nuestra imaginación y luchar por nuestros sueños.
Nos gusta pensar que no existen sueños imposibles cuando alguien desea realmente algo. Será más fácil o más difícil conseguirlos, pero no imposible.
Tampoco te engañes. Nadie te dice que simplemente con desear mucho algo, el universo te va a dar un regalo divino y lo vas a conseguir.
El esfuerzo, la dedicación, el trabajo duro, la persistencia y sobre todo la paciencia han de ir de la mano.
Si finalmente tiras la toalla y no logras llegar a la meta… piensa que quizás el objetivo que te habías marcado no era tan importante para ti.
“Si quieres hacer algo, hazlo”. No permitas que nadie te haga creer que lo que quieres es algo que no puedes lograr. No te pongas a ti mismo barreras-excusas y plántale cara a la vida para conseguir lo que quieres.
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