Eliana Benguigui
Alumna de Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria: Especialidad en Orientación Educativa
Cuando hablamos de autoestima nos referimos a la valoración que tenemos de nosotros mismos. En esta valoración influye la experiencia, los pensamientos y sentimientos que se han vivido. Estos pensamientos y sentimientos pueden ser positivos o negativos, lo que determina si tenemos una autoestima alta o baja.
En este sentido, los pensamientos negativos son pensamientos automáticos e irracionales que tenemos sobre nosotros mismos en forma de descalificaciones, críticas, insultos, etc. Son automáticos por que, al estar continuamente valorándonos negativamente, aparecen solos sin necesidad de valorar la situación y considerándolos normales. Por otro lado, son irracionales por que no son la realidad. Son generalizaciones y exageraciones que nos atribuimos por una mala experiencia o un simple error.
¿Cómo afectan estos pensamientos negativos a nuestra autoestima?
Cuando estos pensamientos comienzan a pasar desapercibidos, a considerarse normales y a convertirse en la forma de comunicarnos con nosotros mismos, consiguen afectar a nuestra confianza, seguridad y estado de ánimo, lo que nos conduce a evitar situaciones por miedo al fracaso, al ridículo, a las críticas o al rechazo.
¿Qué podemos hacer para cambiar estos pensamientos?
- Detectar estos pensamientos negativos: cómo son y en qué situación aparecen.
- Analizar las consecuencias y cómo influyen estos pensamientos: qué emoción nos hace sentir, qué hacemos o qué evitamos hacer cuando aparecen.
- Reconocer la irracionalidad del pensamiento: aceptar que no es real, que podemos estar generalizando y que no se corresponde con la realidad.
- Detener los pensamientos negativos.
- Cambiar el pensamiento negativo por uno positivo.
Por ejemplo: me he estado preparando el examen de inglés durante dos semanas y he sacado un 2. El pensamiento negativo que me aparece es "soy un inútil", "no voy a aprobar nunca inglés" o "no sirvo para nada". Si nos paramos a pensar, son pensamientos generalizados y exagerados basados en una situación que ha pasado, que suspender un examen no nos convierte en inútil, ni vamos a suspender una asignatura por un examen, ni significa que no sabemos hacer nada bien. Vamos a pararnos a pensar en la situación de forma objetiva y a convertir estos pensamientos negativos en positivo: "Que haya suspendido el examen no significa que vaya a suspender la asignatura porque es evaluación continua; he suspendido porque me he puesto nervioso pero al menos sé que los ejercicios los sé hacer; el próximo día intentare relajarme antes; no soy un inútil por hacer suspendido inglés porque los ejercicios me han salido bien en casa y las demás asignaturas están aprobadas; sirvo para muchas cosas aunque inglés me cueste más"